Un día nació en la selva un niño llamado Homshuk. Tanto lloró y lloró, que su madre, quien no tenía qué darle de comer, lo molió en un metate, lo hizo una bolita y lo tiró al río. Ése sería el inicio de una aventura en la que enfrentaría al viejo culebro y a la vieja Tzitzime, bruja caníbal.
Homshuk es amigo de los animales, rubio como el maíz, poderoso y valiente; es niño y dios terrible.
Del mito de Homshuk existen muchas versiones. Aquí el autor nos cuenta la que le platicaron su hermano, Alberto Córdova, y algunos miembros de la comunidad popoluca o nuntajuipaa, como don Fidencio y don Benito, en el sur de Veracruz. Cada quien le pone de su cosecha a la historia; ¿cómo la contarías tú?
Homshuk, niño y dios terrible
Adolfo Córdova
Carlos César Contreras